Por: Luis Alberto Uribe
”Más que muchas ideas, se necesitan procesos para implementarlas mejor”
La lectura comenta que algunas empresas no están muy dispuestas a pagar el precio que viene junto con la innovación. El problema del costo de aprender y aplicar nuevas maneras de hacer las cosas, lo que finalmente lleva a cambiar “el ADN” de la empresa.
Refiere algo inquietante: los éxitos de las empresas pueden convertirse en sus obstáculos, y que algunas veces, a riesgo de contradecir el sentido común, las empresas no toman siempre las decisiones que les conviene.
“Para aprender a innovar, las empresas deben sistematizar procesos inherentes y manejar la presión por explotar negocios actuales con la necesidad de explorar nuevos negocios”, y resulta interesante ver cómo la innovación generan valor para sus clientes y retornos para la empresa.
Habla del proceso de innovación “Stage-Gate”, el objetivo es innovar mediante el aprendizaje por observación y por fallas a través de prototipos y pruebas.
Luego, presenta el proceso de las cuatro fases de la innovación a partir de un problema,
- 1. Exploración y descubrimiento
- 2. Generación y refinamiento de alternativas
- 3. Desarrollo de la solución
- 4. Lanzamiento y explotación
“La creatividad es clave”
Para innovar, comenta, debemos ser capaces de cambiar la realidad, percibir la realidad de manera distinta, esta forma de trabajo puede identificar hasta el 80% de los problemas que pueden surgir en etapas posteriores.
Richard Nelson y Sidney Winter definen la innovación como cualquier cambio no trivial en un producto, servicio o proceso sin que haya experiencia previa, al solucionar sus problemas, la empresa marcará una diferencia significativa, y eso se relaciona con aprendizaje organizacional y diseño de sistemas.
El autor señala el caso de una empresa que se dedicó a encontrar una solución a un problema para rosas, pero no encontró mercado, pero si lo encontró en una empresa de uvas, y nunca se sabe quién pueda necesitar algo, eso también es de ayuda para la empresa, pero habla de una falta de previsión.
Se necesita aprender rápido, obtener e interpretar información no disponible o articulada fácilmente por usuarios, clientes o proveedores, todo con el objetivo de tener información disponible que pueda ser usada en los procesos de diseño pro parte de la empresa.
Por muy extraño que parezca, el autor apunta que para innovar, “se premia el éxito y las fallas”, y menciona que “la manera de asegurarse el fracaso en innovación es, justamente, tenerle a fallar”. Así, el rol de las fallas es aprender mediante la experimentación, y también menciona que no se trata de probar que las ideas funcionan, sino probar si pueden funcionar, descartar las que fallan y seguir adelante buscando la mejor experiencia para los usuarios.
“Cambia la realidad al percibirla de manera distinta”
Pasar de un diseño interesante de un producto a un proceso de producción que permita hacerlo en serie también involucra cierto grado de innovación. A medida que se avanza en el diseño se van eliminando las ambigüedades y se identifica lo que puede dar valor a la empresa y al consumidor.
Pasar de innovación a explotación
Un proceso de innovación puede ayudar al progreso de una empresa, pero también puede traer problemas si la cultura organizacional no es la adecuada o idónea.
Finalmente, el autor recomienda “no tratar de copiar lo que otros han hecho, sino desarrollar soluciones propias”, y eso, a final de cuentas, nos lleva a un proceso de aprendizaje en la empresa.
Lo leí en
Aprender de los errores
Carlos A. Osorio, Expansión Management, noviembre 2007. Página 130-138.
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